Al Fudbalski Klub Vozdovac le cambió la vida en 2011 cuando uno de los vecinos más ilustres de esta humilde barriada del viejo Belgrado, Milan Zdravkovic, decidió adquirir los terrenos del viejo feudo de los Zmajevi (Dragones) para construir un centro comercial en el que el equipo de sus amores ocuparía un papel estelar.
Un año y medio después nacía el Stadion Shopping Center, en cuya cuarta planta se ubica desde la primavera de 2013 el estadio Bojan Majic, único terreno de juego del mundo que sirve de techo en un negocio de estas características.
Con un aforo para 5.174 espectadores y las mejores vistas de la ciudad donde entrelazan sus caminos los ríos Danubio y Sava, la puesta de largo del nuevo hogar del FK Vozdovac coincidió con el retorno de los Dragones a la élite del balompié serbio después de que Zdravkovic, a la sazón propietario del club, comprara la plaza vacante dejada por el Hajduk de Kula tras declararse éste en bancarrota.
El privilegiado emplazamiento del Bojan Matic (nombre de un hincha del club asesinado en 2005) y el carácter multiusos de sus instalaciones le han convertido en un atractivo reclamo dentro de la capital serbia para un sinfín de actividades que pueden llegar a realizarse en la zona noble del imponente shopping center, conocida con el nombre de Stadion Event Place (SEP).
Y es que los 2.000 metros cuadrados de la cuarta planta del Stadion Shopping Center dan para mucho más que cuatro graderíos y un terreno de juego de césped artificial, el primero de todo el país por cierto.
La oferta es amplia y en ella tienen cabida tanto los negocios puros y duros, como el placer y el ocio. Así, el SEP alberga conferencias, presentaciones, comidas de empresa, conciertos musicales, macrofiestas e incluso celebraciones de boda, para las que, por cierto, los seguidores del Vozdovac tienen un precio especial.
El club también ha instalado sus oficinas en las alturas del centro comercial, logrando así que la simbiosis con los pupilos de Zoran Milinkovic sea total. Un gimnasio, cuatro vestuarios, una sala de vídeos y un montón de armarios empotrados que sirven para que los equipos de las inferiores guarden su material después de ejercitarse sin solución de continuidad a partir del mediodía, justo tras la sesión del equipo profesional, cierran el círculo de un aprovechamiento total de los recursos de que dispone el club en el interior del gigantesco mall.
“El fútbol es una actividad más dentro del Centro Comercial, de modo que los días de partido nuestros seguidores pueden ir también al cine, hacer sus compras o comer en uno de los múltiples restaurantes que hay. Además, pueden venir tranquilamente con su coche y dejarlo en una de las dos plantas de párking que tenemos”, explica orgulloso Momir Veljkovic, presidente del FKV.
Empero, esa supuesta integración entre el espectáculo de la redonda y el negocio de los niveles inferiores no es factible desde el interior de esta especie de portaaviones en mitad de una barriada de casas bajas en su mayoría maltratadas por el correr del tiempo. Los accesos al recinto deportivo están a pie de calle o a través del área de párking reservado a los hinchas locales.
“Se hizo así para evitar aglomeraciones dentro del edificio y que el resto de clientes puedan seguir disfrutando de sus compras con total normalidad sin que los aficionados interfieran el resto de actividades que tienen lugar al mismo tiempo en el centro comercial”, apunta Veljkovic.
El novedoso modelo que representa el Vozdovac dentro del balompié doméstico espera romper definitivamente las cadenas de un sistema de gestión anclado en el pasado comunista de la antigua Yugoslavia y que, a día de hoy, tiene a la inmensa mayoría de los clubes profesionales en números rojos y al borde de la desaparición.
Por lo pronto, el FCV ha conseguido sacar adelante su proyecto de privatización de la entidad, algo que hasta hace no demasiado tiempo era consideraba un sacrilegio por estos parajes.
“La gestión privada es el único camino viable para el fútbol en nuestro país. La mayor parte de los clubes serbios siguen organizados como asociaciones de personas sin ánimo de lucro, un sistema que se sostuvo durante muchos años gracias al dinero que inyectaba el Estado. Pero sin esa ayuda económica, la estructura de nuestro fútbol se ha ido derrumbando y los equipos malviven acumulando deudas y más deudas. Nosotros, en cambio, no le debemos un solo dinar a nadie”, explica el dirigente de los Zmajevi.
Y es que el dinar (moneda local) es el dinar. Por eso cuando el calendario liguero coloca al Vozdovac frente al Partizan y el Estrella Roja, los dos gigantes de la Jelen Súper Liga, sus partidos se disputan en el viejo campo del Obilic para evitar que sus numerosas hinchadas, de las más temidas en Europa del Este, puedan sembrar el caos en la nueva corona del fútbol serbio.
“Estamos orgullosos de que el Stadion Event Place se haya convertido en uno de los símbolos de Belgrado. Los hechos demuestran que este modelo de financiación de un club de fútbol, como parte integral de un centro comercial, funciona. Somos un ejemplo de gestión saludable y esperamos que en los próximos años nuestra marca siga creciendo hasta convertirse en una referencia del fútbol serbio”, concluye Veljkovic.